miércoles, 2 de junio de 2010

VITAMINAS EMOCIONALES EN LAS RELACIONES DE PAREJA



Así como una planta necesita nutrientes para crecer, todo ser vivo debe recibir aportes del medio para poder desarrollarse. Una relación de pareja emocionalmente ecológica no será posible si no cuidamos de nuestro propio bienestar. Solo así estaremos en condiciones de proporcionar vitaminas emocionales a la otra persona.


Las vitaminas emocionales nos ayudan a crecer, a vivir de forma más equilibrada y feliz, tienen su origen en una buena comunicación, cuando uno ama a otra persona es importante manifestarle lo que nos gusta y valoramos de la otra persona, siempre con sinceridad, honestidad y nunca para manipular o conseguir algo que deseamos. Pongamos a prueba cosas sencillas como el abrazo por que abrazar es una forma de comunicación intensa, de confianza total y desprendimiento, con el abrazo desaparecen las barreras porque desaparece el miedo y nos sentimos acogidos; No debemos dejar de sonreír ya que forma parte de nuestra evolución como seres humanos, recibir a alguien con una sonrisa es comunicarle que nos agrada, la sonrisa nos mueve emociones y nos predispone a relacionarnos, puedes transmitir confianza, expresar ternura y placidez. La relación de pareja se alimenta de caricias, por que también se acaricia con la forma de mirarse, de sonreírse y de hablarse, hay que cultivar la observación, la capacidad de fijarse en los detalles, y sobre todo siempre dar gracias pero no se trata de dar un gracias general, de forma convencional, ni tampoco de estar dando las gracias constantemente, uno puede expresar agradecimiento sin necesidad de recurrir a esta palabra.

Evitar la monotonía, buscar espacios en los que sea posible establecer una comunicación de calidad es primordial; hacer cosas diferentes siempre, por que veces las cosas menos esperadas nos llenan de mejores satisfacciones, aceptar a la otra persona es la vitamina esencial para nutrir la relación. Es un respeto amoroso a nuestra mutua existencia, pero no debemos aceptar conductas de autoritarismo, violencia, o egoísmo.


El respeto a la otra persona no es resignarse a aquellas características desequilibrantes que no se resuelven por comodidad, respetar es comprender que nuestra pareja es quien es y no quien nosotros queremos que sea; se trata de no pedirle que se convierta en lo que nosotros deseamos que sea, si no que luche para desarrollar su propio proyecto de mejora personal, en el que nosotros vamos a colaborar en la medida de lo posible.

Atte

Genzho

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